La macro aún «no baja» y la calle sigue fría

Por ahora, «la diaria» no repunta y la esperanza sigue pesando más que la realidad.


Por Roberto Pico

Día a día se suman datos que demuestran que la estabilidad macro no permea en “la diaria”, y estos datos comienzan a inquietar al gobierno nacional, que necesita sí o sí un mejor clima social para apuntalar sus chances de triunfo en las cruciales elecciones de medio término que se realizarán en octubre de este año.

Por ahora, en la balanza sigue pesando más la fe y la esperanza que un presente que, para la mayoría, es de “resistencia” a la espera del futuro prometido.

En el plano interno, es la debilidad del consumo lo que le pone luces amarillas al plan económico; en el externo, un Riesgo País en 700 puntos que aborta cualquier idea de éxito en el mediano plazo, porque “sin roll over de deuda no hay paraíso”.

“La macro ya no se discute, el gobierno la ordenó. Ahora discutimos la micro, lo que vive la gente en la calle, el kiosquero, el que va al supermercado”, advierte el analista Claudio Zuchovicki, sumando su voz a quienes vienen advirtiendo este escenario.

Los últimos datos acerca de ventas en supermercados reflejan esta situación, mientras el gobierno se refugia en la teoría del cambio en los hábitos de consumo. “La gente ahora no compra tantas latas de arvejas y mayonesa, sino que ve que puede ahorrar en dólares para comprarse una casa o un auto”, dicen en el Ministerio de Economía, una teoría cuanto menos discutible, para ser benévolos con la consideración.

“En mayo, las ventas minoristas pymes registraron una caída interanual del 2,9% a precios constantes. En la comparación mensual desestacionalizada, se observó un descenso del 0,7% respecto a abril. Con estos valores, el acumulado de 2025 muestra una suba del 11% en comparación con el mismo período de 2024”, dijeron en CAME.

El informe señaló que “en los últimos meses, la actividad comercial experimentó una leve retracción, en un contexto caracterizado por una menor disponibilidad de recursos, ajustes de precios y mayores exigencias operativas”.

“En mayo se advirtió una tendencia hacia compras más medidas, una circulación algo reducida en los centros comerciales y una competencia creciente con los canales online y con los formatos informales”, completó el trabajo de la institución.

Por otra parte, los gobernadores se juntaron todos —y el “todos” no es un dato menor— para reclamarle al gobierno porque reciben menos plata de la proyectada, ya que la reactivación es más blandita de lo previsto.

Una muestra más de que “abajo” la situación no es tan color de rosa como la quieren pintar los streamings y posteos de autoproclamación de los funcionarios del Palacio de Hacienda.

Si bien algunos indicadores ofrecen comparaciones interanuales positivas, los analistas advierten que en muchos casos el progreso está vinculado a bases de comparación muy bajas, dado que en el primer semestre de 2024 se sintieron a pleno los efectos de la caída de la actividad por la devaluación de 2023.

Por otro lado, en una serie de informes difundidos en los últimos días, el Banco Central admitió que existen “alertas” en la cadena de pagos, tanto de empresas como de personas. En el mismo sentido, la morosidad en el pago de tarjetas de crédito alcanzó su máximo en tres años. A su vez, los cheques rechazados en abril tocaron el pico en cinco años.

El “no hay plata” y el hecho de conservar sin cambios la base monetaria se volvió un boomerang para el gobierno. El plan para el uso del dinero no declarado no arrancó de la forma esperada y aún falta un buen trecho para que las leyes que blinden ese programa estén vigentes. Por ende, no habrá “más plata” enseguida para “darle nafta” a la economía, tal como admitió el propio Luis Caputo.

Y en caso de que esto ocurra, no hay certeza de que el “canuto” esté disponible para libre circulación.

En consecuencia, el gobierno se enfrenta al desafío de que el logro “macro” baje realmente a la calle y todos y cada uno sientan que los beneficios que se pregonaron de este rumbo durante años finalmente tengan correlato con la realidad.

La gran pregunta es qué medida tomará el gobierno para estimular la economía sin resignar sus pilares de gestión.

Entradas relacionadas

Deja tu comentario